on viernes, 1 de julio de 2011

M
ás puede una caricia que un grito, una ofensa, una bofetada. El amor es ucho más fuerte que la violencia y que los golpes. Ni con amenazas ni castigos lograrás entusiasmar a tus alumnos, o lograrás que te quieran. Si te quieren, harán  lo que les propongas. Si te temen, difícilmente lograrás entusiasmarlos o influirás positivamente en su conducta o en sus vidas. Ponte junto al alumno con bondad, con sencillez y con alegría, respeta su ritmo de aprender, su modo de ser. Trata de ser su amigo, y no olvides que “un amigo es alguien que sabe quién eres, que sabe por dónde has andado, que sabe todo lo que has hecho y, a pesar de todo, te invita y te ayuda a ser mejor”.

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